Trump modera sus críticas a China por Corea del Norte y el déficit comercial

La relación entre China y EEUU entró hoy en una fase de mayor cooperación global entre las dos mayores potencias mundiales, en una cumbre de presidentes marcada por el tono amistoso y con Donald Trump moderando sus tradicionales críticas a Pekín por Corea del Norte y el déficit comercial.

Pekín, 9 nov (EFE).- La relación entre China y EEUU entró hoy en una fase de mayor cooperación global entre las dos mayores potencias mundiales, en una cumbre de presidentes marcada por el tono amistoso y con Donald Trump moderando sus tradicionales críticas a Pekín por Corea del Norte y el déficit comercial.

Los presidentes chino, Xi Jinping, y estadounidense, Donald Trump, sellaron hoy el entendimiento a nivel nacional, pero también personal, en una cumbre que subrayó aún más el objetivo de Pekín y Washington de incrementar su colaboración en la resolución de los problemas globales.

"No puede haber un asunto más importante que la relación China-EEUU", afirmó tajantemente Trump en la primera de las tres comparecencias que ambos mandatarios tuvieron en la ajetreada jornada en el Gran Palacio del Pueblo, con una reunión bilateral en dos fases, una cumbre empresarial y la lectura de comunicados ante la prensa.

Mientras Trump insistió en que ambas potencias pueden solucionar conjuntamente "los problemas mundiales", Xi recalcó que "para China y Estados Unidos la cooperación es la única opción viable", un proceso además importante "para la paz, la estabilidad y la prosperidad del mundo".

A pesar del intercambio de halagos a nivel personal o nacional, el estadounidense no dejó escapar la ocasión de presionar a Pekín por la crisis de las armas nucleares de Corea del Norte, al asegurar que China "puede solucionar fácil y rápidamente" la cuestión.

Trump no precisó cómo puede Pekín poner fin a esta larga crisis, pero sí instó a Xi a trabajar "muy intensamente", sin dejar de agradecer las últimas sanciones económicas chinas a Pyongyang dentro de las resoluciones de Naciones Unidas.

También pidió a Rusia que "ayude a controlar esta situación" e insistió en no replicar los enfoques fallidos del pasado, que hubo muchos", en los esfuerzos para poner fin al programa atómico de Pyongyang.

Por su parte, el presidente chino destacó que Pekín y Washington "están comprometidos" con el objetivo final de la desnuclearización de la península coreana y buscarán una solución por medio de "discusiones pacíficas".

El inquilino de la Casa Blanca mantuvo su tradición de no callarse los temas que le interesan, y dejó bien claro su objetivo de modificar los parámetros del comercio entre EEUU y China, que arroja enormes superávit a favor de la potencia asiática (233.000 millones de dólares solo en los diez primeros meses de este año).

Trump se quejó de las políticas restrictivas de Pekín o de cómo obliga a empresas extranjeras a transferir tecnología a su territorio como condición para invertir, pero en un quiebro diplomático no responsabilizó a China, sino a "pasadas administraciones" en Washington "que permitieron que el desequilibrio llegara tan lejos".

Xi apuntó que la economía china seguirá abriéndose y ofreciendo "puertas abiertas" a las empresas extrajeras, a la vez que las empresas de su país invierten cada vez más en el exterior, aunque hoy no hubo nada concreto por ese lado.

Además, ambos presidentes reiteraron su compromiso de incrementar su cooperación en la escena global, así como en los contactos bilaterales, por ejemplo a nivel militar.

Trump mencionó concretamente la lucha contra el uso ilegal del fentanilo, un medicamento opiáceo cuyo empleo indebido está causando un importante aumento de muertes por sobredosis en todo el mundo, especialmente en EEUU.

La visita de Estado de hoy, continuación de los eventos privados de ayer, selló además la buena sintonía personal que se esmeran en profesar ambos presidentes.

Trump confesó su respeto por Xi y que albergaba un sentimiento "increíblemente cálido" hacia él, además de un profundo respeto por su homólogo chino. "Hay una gran química" entre ambos, recalcó.

Este viaje de Estado de Trump a China estuvo marcado por la deferencia de Xi a su invitado, con detalles que normalmente no se tienen con otros líderes extranjeros, en un intento de Pekín de mostrar su especial interés en mantener una relación positiva con Washington.

Así, el miércoles las dos parejas presidenciales realizaron una una visita a la Ciudad Prohibida, donde desarrollaron varias actividades de la tradición cultural china.